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HA MUERTO UN CORAZÓN GENEROSO

Cuando de Valencia te traían,
Y a Alcadozo tu llegabas,
La gente te recibía,
Con suspiros y con lágrimas.

Desde la puerta del Centro Médico,
Hasta la Plaza Mayor,
A ti a hombros te llevaban,
Sólo se oía en todo el recorrido,
Como la gente lloraba.

El que llora nunca miente,
Por que no median palabras,
Él demuestra lo que siente,
Lo que le sale del alma.

En un convento de mojas en Valencia, Que acogen niños desamparados,
Las monjas a tus padres felicitaban,
Por el hijo tan bueno y generosa que, Tenían y de la manera que actuaba.

Ubi, tu decías que aquellos niños, Necesitaban ayuda y necesitaban cariño, Y en el barrio pedías ropa usada,
Y al convento la llevabas para vestirlos.

Tú a aquellos niños a leer y escribir,
Y las cuatro reglas les enseñabas,
Y decías que hasta que no las, Aprendieran, no los dejabas.

Por tu generosidad y buena fe,
Y tu corazón tan bueno,
El Señor te ha elegido,
Para tenerte en el cielo.

Cuando muere una persona,
Y más si tiene pocos años,
Nos ponemos a pensar,
Al Señor le preguntamos,
Porqué, porqué te lo has llevado.

Hacen falta personas en la vida,
Como tú, que hagan obras de caridad,
En los pocos años que has vivido,
Siempre has ayudado a los demás.

A tus padres y hermano,
Les mortifica el dolor
Y se encuentran muy apenados,
Por que te han perdido para siempre,
A tus veintisiete años.

La gente de Alcadozo,
Por tu nobleza y bondad,
Y todos los que te conocían en Valencia
Siempre te recordarán.

José Martínez (Joseu)
7 de Agosto de 2001
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