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De Alcadozo

NO ME GUSTA:
Que en toda la cormarca se acuerden de las envidias que nos avengonzaron muchos años atrás y de las que aún parece que guardemos raíces.

Repito: Su historia de sangres envidiosas y perdidas sangres por envidia.

Que sea tan pueblo como cualquier otro para manchar con la palabra de puro aburrimiento.

Que haya tanto miedo a tener iniciativa.

Que cuando alguien encuentra el valor para tenerla, inciativa digo, y tiene éxito, entonces parece que todos nos atribuímos méritos.

Que a sí mismo no se permita mirarse y verse tal cual es, porque así no se dejará nunca cambiar a mejor.

La mezquindad que se hace fuerte en la desidia y el aburrimiento. Sí, este ya lo he escrito... ¿y qué?, la repetición es para el Alcadozo flojo de según qué memoria.

Que se mangonee tanto de palabra -y de lo que no es palabra- pero nadie haga nada para cambiar las cosas de verdad.

No estar allí para lidiar con mangoneos y palabras mal intencionadas salidas del aburrimiento y mil complejos, no estar para intentar cambiar las cosas, en la medida de mis posibilidades, aún sabiendo de las críticas fáciles y mezquinas.

Que sea verdad eso de que, aunque la historia nos hable de muchos que lo fueron, es Ley de Vida que siempre se negará el derecho a cualquiera a ser "profeta en su tierra".

Pensar en quienes consideré amigos, por quienes recorrí cientos de kilómetros en coches y teléfonos, y de quienes sólo puedo obtener un hola y adiós al cabo de los años, perdida la confianza, cansada de dar siempre el primer toque en el timbre del supuesto amigo.

Dar la razón a mi madre en tantas amistades de juventud. De nuevo la maldita de Ley de Vida.

Sus calles descuidadas.

La mala y excasa planificación de sus recursos naturales (competa a quien competa)

Que parezcan que sus gentes no aprenden de lo vivido, de lo sufrido.

Sus fiestas por mil motivos.

Y, si a estas alturas quieres seguir leyendo,
te diré que de Alcadozo ME GUSTA:

Descubrir que la ilusión por mi pueblo no la pierdo a pesar de todo.

Comprobar que la Ley de Vida, que tristemente ha servido para medir a muchos, no ha sido capaz de doblegar a otros... y por ellos sigue valiendo la pena volver a confiar en nuevas historias que la misma Vida te ofrece.

Que a pesar de que los vecinos les hayan negado el título de profeta en su tierra, hay quienes luchan por cambiar a mejor las cosas, a pesar de todo, y en lo que puedan.

Aprender que lo mismo que me impide estar en Alcadozo me proporciona una visión que me ayuda e entenderlo y distanciarme para valorarlo en conjunto.

Que con todo, y por todo, Alcadozo siga siendo lo humano y que es.

El carácter sencillo y recio de sus gentes.

Su comida... toda su comida.

Su intimidad

Su familiaridad

Su frío

Su calor

Sus campos

Sus espacios

Su historia de humanidad.

Que la mitad de mí es de allí.

Su pequeñez por grandiosa

Su anonimato por escandaloso

Sus fiestas, por otros mil motivos.

Que la Ley de Vida con la que me mareó mi madre en los "años mozos" tenga, con todo, más bondades que crueldades.

Seguir aprendiendo de Alcadozo.

Comprobar que, aunque a veces le cueste, no se acompleja por ser alumno.

    Nieves M. Martín

13 de junio de 2004 
 
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